PÁGINA 1 |
|
Introducción
El síndrome de Down (SD) es la alteración cromosómica más frecuente en recién nacidos vivos. De acuerdo con el Estudio Colaborativo Latinoamericano de Malformaciones Congénitas (ECLAMC) la tasa de nacimientos con SD es de 1,89 por mil nacidos vivos. En Chile, esta tasa es de 2,47 por mil nacidos vivos, la más elevada de Sudamérica (1).
Se ha reportado una alta prevalencia de malnutrición por exceso (sobrepeso y obesidad) en pacientes con SD, tanto en niños, como en adolescentes y adultos. En niños con SD, la prevalencia está entre el 30% y el 50% (2). En concordancia con esto, algunos estudios sobre la composición corporal en pacientes con SD han mostrado que estos niños presentan altos niveles de masa grasa total y regional (3).
En el desarrollo de la malnutrición por exceso en niños y adolescentes con SD influyen varios factores ambientales y genéticos. Así, se ha descrito en estos pacientes, un menor índice metabólico y niveles elevados de leptina, lo que determina una resistencia de dicha hormona, menor saciedad y por lo tanto mayor ganancia de peso. Entre los factores ambientales, son determinantes los malos hábitos alimentarios y un estilo de vida sedentario (4).
La actividad física de los niños con SD sigue un patrón muy particular y está relacionada con el desarrollo psicomotor. Estos niños por lo general presentan un menor desarrollo y potencia muscular, y desarrollo más tardío de la marcha. Adicionalmente, la sobreprotección y el aislamiento social permiten explicar en parte, los altos porcentajes de obesidad (5).
Esta situación resulta especialmente preocupante, dado que el sobrepeso y obesidad que presentan estos niños y adolescentes con SD, por lo general, tiende a mantenerse en la edad adulta, lo que pudiera afectar de manera negativa tanto la calidad como la esperanza de vida de estos pacientes (6-8). Adicionalmente, muchas afecciones de los adultos, como las enfermedades cardiovasculares y metabólicas, asociadas con el exceso de peso, se originan durante la niñez (6). Recientemente, Havercam SM y col. (6) reportaron en pacientes adultos con SD (≥18 años), una frecuencia de malnutrición por exceso de 77% (48,5 % sobrepeso, 38,5% obesidad).
De acuerdo con lo anterior, se hace necesario diseñar un plan nutricional para los pacientes con SD, para lo cual se deben evaluar los problemas de salud actuales, incluido el estado nutricional, comparando con el estándar antropométrico más apropiado, y establecer el aporte energético y proteico adecuado (5).
Para establecer el aporte energético de un régimen dietario individualizado, es indispensable calcular el gasto energético total, cuyo componente principal es el gasto energético basal (GEB). En algunas discapacidades del desarrollo, se ha evidenciado disminución de la tasa metabólica basal y el gasto energético total, por lo que las ecuaciones de determinación de gasto podrían sobreestimar las necesidades energéticas de los pacientes con SD (9).
En este sentido, para diseñar estrategias nutricionales ajustadas a las necesidades de los pacientes con SD, es conveniente una adecuada estimación del GEB. El objetivo del presente estudio fue evaluar el estado nutricional y el GEB mediante calorimetría indirecta y las ecuaciones predictivas de Harris & Benedict (10) y FAO/OMS (1985) (11), en pacientes con SD.
Materiales y método
El estudio fue de tipo descriptivo, transversal en pacientes con Síndrome de Down pertenecientes a la Organización no Gubernamental (ONG) Roullett, y al Colegio Diferencial Per Se, de la ciudad de Concepción (Chile), en octubre del 2019. La muestra se conformó por 6 participantes (2 niños del sexo masculino y 4 mujeres adultas), seleccionados a través de un muestro
PÁGINA 1 |
|