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cosas que nos gustan a todos…Entonces ese guiso que mi abuelo lo hacía los miércoles en el almuerzo, porque los jueves era la pasta... Todos los almuerzos eran sentados a la mesa con la mesa bien puesta: manteles, platos, cucharas, servilletas. Al principio la ponía ella y después las nietas, como buena abuela italiana.” (Celia)
Entre los estudiantes, la preparación de la comida fue un acto en el que aparecieron con fuerza otros integrantes: los padres, hermanos o parejas.
“Yo me encargo de comprar las cosas para cocinar con mi papá o mi hermana a veces y mi mamá es la que cocina.” (Agustina)
“Cocina mi novio que tarda una hora, se pasa su tiempo para preparar todo y usa todo y también lo ensucia.” (Lara)
IV - La regla de sentarse a la mesa: Los estudiantes vincularon sus respuestas a emociones como felicidad, alegría, placer y distención y, a la posibilidad de relacionarse con otros:
“Me siento con mi familia y siento alegría, interés por lo que conversamos.” (Giuliana)
“Agasajar a otra persona, disfruto mucho de compartir una mesa.” (Rocío)
La mesa se vistió de emociones; aparecieron la risa, el placer, los recuerdos, el disfrute, el despojo de la rutina, la tranquilidad, la felicidad, la amistad y el amor:
“Sentarse a la mesa es importante, es compartir gustos, una sensación que te separa de la soledad.” (Natalí)
En cuanto a las mujeres, todos los relatos se correspondieron con una comensalidad familiar. No se registraron comensales “sentados a la mesa” con poco vínculo afectivo. Se observó una fuerte asociación comida-comensal.
“Se comía en familia y en especial si había visita! Se preparaba la mesa con mantel y toda la vajilla disponible. Los grandes tomaban vino.” (Adriana)
V - La regla sobre qué significa comer: Las apreciaciones de los universitarios estuvieron marcadas por la comensalía individual y colectiva. Las primeras vincularon el comer a un acto biológico utilizando términos como nutrir, digerir, alimentar, consumir y cubrir una necesidad básica como es la sensación del hambre.
“Es ingerir alimentos y responde a la sensación de hambre.” (Stephania)
Para estos universitarios, el momento de comer sólo se vincula a la tecnología: mirar televisión, escuchar música, ver videos y usar el celular o la computadora.
“Sentarme a la mesa significa un momento de relajación donde puedo compartir con alguien más o mirar algo en la televisión que me entretenga.” (Cintia)
“Comer para mí es mirar televisión, escuchar música, sacarme el hambre.” (Rodrigo)
Cuando el acto de comer era compartido, excedía lo meramente biológico y se emparentaba con lo emotivo y sensorial como complacer sentidos, degustar, cumplir antojos, mimarse, disfrutar de la comida y de la sensación de la “panza llena”.
“Comer es un momento de satisfacción no sólo calórica sino también sentimental y emocional.” (Cintia)
“Se comparte no sólo el alimento sino un momento agradable.” (Camila)
Surgieron conceptos como compartir historias, disfrutar en compañía, pasar momentos emotivos en grupo.
“Para mí significa alimentarme, pero adquiere un significado más emotivo en momentos especiales como fiestas o reuniones familiares, cuando estoy con gente en realidad.”
(Tamara)
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