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no refirió un grupo determinado (34% IC 95% 21,59-48,85). El grupo de alimentos más elegido fue las carnes (26% IC 95% 15,08-40,61), seguido de los cereales y derivados (16% IC 95% 7,16-40,95), las frutas y vegetales en igual porcentaje (12% IC 95% 3,97-25,22), los postres y “otros” en un 8% (IC 95% 2,21-23,40) y por último el grupo de alimentos con menor predilección fueron los lácteos, con un 2% (IC 95% 0,05-10,93) de la muestra (gráfico 3).
El 28% (IC 95% 16,66-42,71) de la muestra refirió haber incorporado alimentos nuevos a partir del diagnóstico. De estos, un 43% (IC 95% 16,84-73,90) incorporó vegetales, un 29% (IC 95% 8,35-61,41) frutas y un 21% (IC 95% 4,65-50,89) carnes de todo tipo (vaca, pollo, pescado y cerdo). En algunos casos, un mismo encuestado refirió haber incorporado alimentos de más de un grupo. La mayoría mencionó como motivo de la incorporación a las propiedades nutricionales y a los beneficios para la salud de los alimentos, cada uno con un 29% (IC 95% 8,35-61,41). Se pueden citar frases textuales que reflejaron dichos motivos tales como “combaten el cáncer”, “tienen vitaminas que otros no tienen”, “pienso que me hace bien”, “porque me dijeron que es bueno y sano” y “son más saludables”.
El 60% (IC 95% 45,20-73,26) de la muestra indicó haber eliminado algunos alimentos a partir del diagnóstico. De éstos, un 47% (IC 95% 28,79-65,36) eliminó vegetales, un 37% (IC 95% 20,54-56,09) lácteos, un 23% (IC 95% 8,91-46,85) suprimió frutas y el mismo porcentaje, carnes de todo tipo, siendo la carne roja la eliminada en la mayoría de estos casos (71,4% IC 95% 37,65-93,98).
En algunos casos, un mismo encuestado refirió haber eliminado alimentos de más de un grupo. La mayoría mencionó como motivo de la eliminación a la indicación médica/nutricional, seguido por la dificultad en la digestión, abarcando el 53,33% (IC 95% 34,64-71,20) y el 16,66% (IC 95% 5,32-40,76), respectivamente. Lo mencionado se observó en frases como “porque me dijo el médico”, “por la quimio”, “me cae mal”, “me hincha” y “es muy pesado”.
El 28% (IC 95% 16,66-42,71) de los encuestados indicó que llevaba a cabo una dieta específica, siendo el plan de alimentación para inmunosuprimidos el que realizaba la mayoría de esta submuestra (93% IC 95% 65,97-99,81). El principal motivo fue la indicación médica/nutricional (93%; IC 95% 65,97-99,81).
El 38% (IC 95% 24,99-52,83) de la muestra consideraba que ciertos alimentos presentan propiedades especiales, dentro de los cuales un 37% (IC 95% 14,51-61,70) corresponde a los vegetales y un 26% (IC 95% 9,09-52,15) a las frutas. Se mencionaron principalmente propiedades nutricionales y beneficios a la salud, abarcando cada una un 42% de la muestra (IC 95% 18,43-66,90). De esta manera, se destacaron frases como “es anticancerígeno”, “tiene antioxidantes y elimina lo malo del cuerpo”, “son buenas para el cáncer”, “me dijeron que me hace bien” y “tiene todo lo que el cuerpo necesita, vitaminas y minerales”.
El 32% consumía SNO (IC 95% 19,92-46,83), la mayoría por indicación médica/nutricional (88%; IC 95% 61,06-98,44). El motivo de incorporación del 22% (IC 95% 1,55-38,93) restante fue la recomendación de un familiar/amigo. Casi el 100% de quienes tomaban suplementos (n: 15) manifestaron aceptar las características organolépticas de los mismos.
Para finalizar, la mayoría de los pacientes indicó que come en el comedor/cocina (78%; IC 95% 63,66-88,00), el 18% (IC 95% 6,70-43,61) realizaba las comidas en la habitación y el 4% (IC 95% 0,48-14,89) en otro lugar. Un 82% (IC 95% 68,07-90,95) de los pacientes comía sentado en una silla, un 14% (IC 95% 5,29-38,05) en la cama y sólo un 4% (IC 95% 0,48-14,89) acostado. Ningún paciente comía en silla de ruedas (tablas 1, 2 y 3).
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