PÁGINA 2 |
|
de un Código de Ética hace al profesional más virtuoso, sin embargo, destaca que los valores morales están en cada uno de los sujetos y no serán demostrados, asegurados ni determinados por ningún código en particular (4).
El conflicto de intereses puede ser de diversa índole: económico, de competitividad, de ego, ideológico, religioso, etc. Asimismo, podría dividirse o categorizarse también en tangible o intangible, siendo tangible el económico e intangible aquel donde no existe la transmisión de un bien material. El conflicto de intereses económico es fácil de detectar y puede ser cuantificado, sin embargo, existen muchos conflictos de intereses relacionados con la ideología, el ego, la competitividad o el poder que son mucho más difíciles de identificar y de corregir.
Pizzo PA. y col. (5), como autoridades de entidades académicas universitarias, dan cuenta de que la colaboración entre la Universidad y la industria puede ser beneficiosa para las partes y los pacientes, cuando esta se basa en la ciencia. Aluden también a las mayores posibilidades del sector privado en cuanto al descubrimiento y desarrollo de nuevas drogas y a la necesidad de la interacción con expertos para ello.
Por otro lado, otros autores invocan la necesidad de financiación para la educación continua, que requiere de aportes externos al no poder ser cubierta por fondos propios (6).
Pero todos acuerdan en la necesidad del desarrollo institucional de políticas estrictas para mitigar el sesgo. En términos prácticos, todos coinciden en que la normativa debe ser específica para los diferentes roles en cada institución, pública y fácilmente comprensible.
Las instituciones universitarias y de salud deben hacer una distinción clara entre los comités directivos que deciden sobre las inversiones, la transferencia de tecnologías, y los comités de investigación de la institución (7).
Tanto los conflictos de interés de ego como de competitividad se caracterizan por comportamientos que fomentan la alarma social y el conflicto público y notorio, así como la falta de respeto, la privación de libertad de opinión e información, la vulneración del derecho al honor y a la intimidad, y la voluntad de someter, silenciar o postrar al otro, algo que constituye una conducta inapropiada tipificada en el Código Ético de cualquier profesión sanitaria (8).
La Asociación de Escuelas de Medicina de Estados Unidos ha publicado el primer informe de su Grupo Especial sobre conflictos de intereses financieros en la investigación clínica: “Proteger a las personas, mantener la confianza y promover el progreso: Normativa y directrices para la vigilancia de los intereses financieros individuales en la investigación”. Se recomienda que las instituciones adopten normas para declarar y publicar los conflictos de intereses y la conformación de comités permanentes capaces de analizar al respecto (9).
Las personas que ejercen cargos al frente de organizaciones corren el riesgo de caer en el autoritarismo encubierto, algo que debe ser evitado en todo momento con el fin de garantizar una organización trasparente, justo, representativo y democrático.
El presente documento tiene por objeto abordar el CDI económico de la AADYND. Ésta tiene un papel crucial en la educación sanitaria de la población y en la formación a lo largo de la vida de sus profesionales, y tienen una gran responsabilidad ante la sociedad por ser fuente de información fiable e independiente. En este sentido la AADYND debe velar por la ética, promover la salud de los ciudadanos y salvaguardar la integridad y dignidad de los profesionales que representan (10).
Las sociedades científicas y profesionales como AADYND no se caracterizan por tener grandes recursos económicos por sí mismas, ya que gran parte de su financiación proviene de las cuotas mensuales de sus asociados. Otra fuente importante de financiación pueden ser los beneficios obtenidos de la celebración de congresos, cursos y talleres. Es muy probable que, si dependiesen exclusivamente de esas cuotas, muchos de ellos no serían sostenibles.
Esta creciente realidad responde posiblemente a múltiples factores y circunstancias, si bien, entre todos ellos, cabe mencionar el aumento de los gastos económicos fijos y variables destinados a la administración de la asociación, principalmente salarios, materiales e insumos.
Es sabido que la formación académica y la educación alimentaria en nutrición son misiones fundamentales de las Asociaciones Científicas como AADYND. Si las instituciones no intervienen cumpliendo este rol, el colectivo profesional y la población quizás acaban percibiendo como algo natural y normal que la formación a lo largo de la vida de los profesionales de la salud esté financiada por la industria en vez de ser promovida por las Asociaciones o Colegios profesionales, las Sociedades Científicas o la Administraciones Públicas del Estado.
Las relaciones de las Sociedades Científicas y Asociaciones o Colegios profesionales con la industria deberían basarse en tres principios: proporcionalidad, transparencia e independencia. Estos principios deberían ser considerados en cualquier relación con la industria para evitar conflictos de intereses. Así, todas estas organizaciones están envueltas actualmente en un círculo vicioso de dependencia mutua. Analizar esta situación, reconducirla y regularla es un cometido urgente de las organizaciones científicas y profesionales del ámbito sanitario.
PÁGINA 2 |
|