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mencionaron haber consumido en menor proporción que los lácteos, verduras y frutas.
Al consultar sobre los motivos que orientaron las elecciones de alimentos, las respuestas se agruparon en satisfacer gustos personales o de otros integrantes del hogar y en comprar alimentos saludables. En este sentido, las elecciones estuvieron asociadas, por un lado, al gusto alimentario y por otro, a la incorporación de criterios de cuidado de la salud, como se podrá ver en el siguiente fragmento.
Entrevistador: ¿Si tuvieras que pensar a la hora de elegir la comida, que criterios intervienen?
Vecino (36 años, comuna norte): Ahora, lo que es saludable.
Entrevistador: ¿Y antes?
Vecino: Nos preguntábamos que queríamos comer y listo. Si queríamos pizza, pizza. Hacíamos 10 pizzas y comíamos las diez.
Por su parte, en hogares con niños, los consultados expresaron que las decisiones de compras han sido atravesadas por las preferencias de los menores. Sin embargo, en algunos casos comentaron que intentaron complementar estas preferencias con criterios más saludables. Dependiendo del hogar, en algunos decidieron no comprar snacks y en otros, reemplazaron las galletitas por frutas, bastones de verduras o barritas de cereal para la merienda o comenzaron a consumir gaseosas light en remplazo de las regulares, como se observará a continuación.
Vecino (40 años, comuna centro): Bueno, obviamente que con él (hijo) no podemos aplicar la dieta hacia lo que él elija, pero yo trato de buscarle algo que sea más o menos razonablemente rico y sano.
Vecina (43 años, comuna centro): Compro gustitos para mi hija, papas fritas y esas cosas.
A.2) Recomendaciones incorporadas
Desde que asistieron a la CN casi la totalidad de los entrevistados declararon haber incorporado o estar en proceso de incorporación de al menos una de las siguientes pautas alimentarias:
incrementar la ingesta de frutas y verduras,
incrementar la ingesta de agua,
reducir el consumo de gaseosas regulares,
efectuar al menos cuarto comidas diarias,
reducir el tamaño de las porciones,
disminuir el consumo de hidratos de carbono,
realizar actividad física (AF) y
reducir el consumo de sodio.
Con relación al consumo de verduras, los interrogados refirieron haber incorporado más porciones diarias, lo que no implicó necesariamente más variedad, dado que algunos vecinos expusieron que solo les gustaban algunas pocas verduras.
Vecino (38 años, comuna norte): Ahora como más fruta que antes. Como verdura. Como un poco a la noche.
Entrevistador: ¿Antes no comías porque no te gustaba?
Vecino: No, porque no le daba importancia.
Vecina (45 años, comuna sur): La ensalada es importante, desde que yo vengo acá, la bandeja de ensalada está en mi mesa.
Vecina (40 años, comuna centro): Ellos me dijeron que coma verduras, que coma frutas. La verdura está en casa siempre. La fruta por ahí, las nenas sí comen. Yo por ahí, (como) una rodaja de mandarina, pero si la puedo evitar, la evito.
Con respecto a la ingesta de frutas, muchos han indicado que les gustaría consumir mayor cantidad pero que han encontrado dificultades para conseguir frutas de calidad, o que no han tenido el hábito de comerlas o de comprarlas. En cambio, otros declararon que no les gustaban tanto.
La pauta de disminuir el consumo de hidratos de carbono en los varones ha sido principalmente asociada con el consumo de pan. Algunos declararon haberlo dejado, otros, indicaron encontrarse en la etapa de intentar dejarlo o de reemplazar la variedad blanco por salvado o integral. Las mujeres
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