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ética, de la discusión crítica de los conflictos, de la orientación hacia el futuro y de la transmisión de conocimientos, considerando también los juicios de valor de los estudiantes. Desde la perspectiva de Lind G., las capacidades morales y democráticas no se deben adquirir por adoctrinamiento ni tampoco por las viejas formas de enseñar “desde arriba hacia abajo”, pero sí deben ser aprendidas por los niños, adolescentes y adultos “desde abajo hacia arriba”, por ejemplo, a través de la solución de “dilemas morales educativos” bajo la orientación de profesores bien capacitados (17).
Tanto profesionales como estudiantes de las ciencias médicas, deben adquirir conocimientos prácticos y filosóficos para poder respetar el derecho del paciente. Es necesario recurrir a la bioética en busca de lineamientos, teleológicos y deontológicos. Solo articulando estas caras de la ética, nos permitirá vivirla en plenitud (18,19).
La ética profesional debe estar basada en los cuatro principios de la bioética:
I. Beneficencia: Hacer el bien.
II. No maleficencia: No causar daño.
III. Autonomía: el derecho de las personas a decidir su propio destino.
IV. Justicia e igualdad.
Estos principios, de no entrar en conflicto, se deben cumplir (20,21).
Fundamentos del Código de Ética de la AADYND
El Código de Ética que adoptan los miembros de la AADYND, institución creada el 31 de marzo de 1947, en la Ciudad de Buenos Aires, es una demostración del ejercicio de su autonomía, de su capacidad de autorregularse, controlarse y autodirigirse hacia niveles de excelencia (22). El mismo, toma como referencia entre otros, al de la Asociación Médica Argentina (AMA), pionero en nuestro país (23,24).
Destacamos que la característica esencial que distingue a la ética profesional es la de rescatar y poner al día el sentido y la razón de ser de las profesiones. La profesión va más allá de una ocupación que permite obtener ingresos y estatus social, puesto que en realidad es una práctica social que adquiere su verdadero sentido y significado en el bien o servicio que proporciona a la sociedad (25). Según esta perspectiva y si bien la ética profesional comprende principios y criterios, la adhesión a los mismos conlleva la opción libre y decidida por parte del Licenciado en Nutrición, lo cual constituye un ejercicio de libertad e independencia. A través del trabajo, expresado en este caso por la labor profesional, la persona se transforma a sí misma, a su medio y proyecta sus valores. El verdadero sustento de una profesión es la persona.
La base de estos principios se observa tempranamente en nuestro Estatuto constituyente de 1947, reconociendo a nuestra asociación civil, AADYND, como persona jurídica y dotándonos de la plena capacidad para actuar de acuerdo a la legislación vigente. Observamos con satisfacción que los intereses de aquellas colegas que nos precedieron ya estaban manifiestos. Su Capítulo 1, “Constituciones y fines de la Asociación” considera valores y principios para respetar. De su lectura rescatamos algunos artículos:
“[…] Art. 2 a) promover el desarrollo científico de la ciencia, b) fomentar la unión de todos los profesionales graduados, c) mantener y acrecentar el prestigio de la profesión d) contribuir a la vigilancia del cumplimiento de la legislación laboral, e) colaborar con el Estado con carácter de organismo técnico f) crear vínculos amistosos y profesionales con entidades análogas. […]”
Objetivos y proceso de elaboración del Código de Ética de la AADYND
El objetivo fue crear un Código de Ética de la AADYND basado en los principios de la bioética, que sirva de referencia a los profesionales Licenciados en Nutrición, miembros de nuestra institución, en su práctica y conducta profesional.
El Código, luego de elaborado por el Comité de Ética de la Asociación, fue recepcionado por la
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